Dada la importancia de las Normas Internacionales de Auditoría (NIA) en los procesos internos para salvaguardar la calidad de la revisión del auditor, así como la identificación de riesgos y posibles fraude, fueron los propósitos del curso Temas selectos de auditoría, que llevó a cabo la comisión técnica de Auditoría en el Colegio, los días 25 y 26 de julio, con las participaciones de los comisionados Bernardo Soto Peñafiel (presidente de la comisión), Jaime Díaz Martínez y Ernesto Gerardo Herrera Hurtado, éste último, coordinador del evento.
Bernardo Soto Peñafiel centró su participación en el tema de las revisiones del reconocimiento de ingresos y su consideración en temas de fraude; así como la valoración del negocio en marcha como un procedimiento obligatorio requerido por las NIA y en la revisión de las estimaciones contables.
Sobre estos temas, Soto Peñafiel, auditor de estados financieros de compañías públicas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores, comentó que la diligencia profesional que debe tener el auditor está regida en el Código de Ética Profesional para llevar a cabo una auditoría.
El punto de partida que tomó el expositor fue el cierre contable. “Cuando se agarra una balanza de comprobación y unos estados financieros, el papel del auditor empieza cuando implementa su estrategia para llevar a cabo la revisión y reconocimiento de ingresos, considerando la potencialidad que tienen en materia de fraude y que sabemos que por ahí es un ‘tendón’ para muchas entidades”.
Bajo esta premisa, Soto Peñafiel habló de los procedimientos de fraude obligatorio, el cual considera que varios colegas los han dejado pasar de largo, aun cuando cuentan con la NIA 240, la cual trata de las responsabilidades que tiene el auditor con respecto al fraude en la auditoría de estados financieros.
“En la conclusión de la auditoría se habla que la administración es responsable de tener controles que le ayuden a prevenir temas de errores que pueden deberse a fraude o un error por una omisión. El auditor es responsable de verificar que sus controles sean efectivos. Sobre esa suposición que está en el propio informe, no hay manera de que yo diga que no voy a cumplir con lo que establece esta norma”.
Asimismo, agregó que dentro de la parte de estimaciones contables hace falta más diligencia y mayor profundidad en las revisiones. En el caso de los papeles de trabajo, también falta la valoración del negocio en marcha.
“En las auditorías de 2022 salió obligatoriamente una norma, la cual denomino la base de nuestra victoria y que se trata de la NIA 315, que trata de la responsabilidad que tiene el auditor de identificar y valorar los riesgos de incorrección material en los estados financieros, mediante el conocimiento de la entidad y de su entorno, incluido el control interno de la entidad”.
Sobre el tema, agregó que esta NIA, a través del entendimiento de la entidad, controles y su entorno, se pueden determinar los riesgos que se tienen en la auditoría, ya que tiene muchas guías de ayuda que estructuran la base de la planeación.
En ese tenor, Jaime Díaz Martínez cerró el segundo día con los temas de revisión de las estimaciones contables, revisión del cierre contable y los procedimientos de fraude obligatorios.
Díaz Martínez, en su intervención, dijo que el tema de revisión de estimaciones contables es importante porque es el marco de actuaciones de todas las NIA.
“La NIA 540 es importante porque trata de las responsabilidades que tiene el auditor en relación con las estimaciones contables, incluidas las estimaciones contables del valor razonable y la información relacionada a revelar, al realizar una auditoría de estados financieros”.
El contador Jaime Díaz agregó que esta NIA tiene como objetivos principales establecer requerimientos más robustos y una orientación detallada para fomentar la calidad de la auditoría.
“La NIA 540 enfatiza la importancia de la aplicación adecuada del escepticismo profesional al auditar las estimaciones contables; así como determinar si se deben desarrollar herramientas de orientación y apoyo no autorizadas”.
De igual forma, mencionó las mejoras clave de esta NIA, como: el reconocer de forma explícita el espectro de riesgo inherente; introducir el concepto de factores de riesgo inherentes; así como los procedimientos mejorados de valoración de riesgos relacionados con la comprensión de la entidad y su entorno; y de la introducción de una valoración reparada del riesgo inherente y del riesgo de control.
“Dentro de estas mejoras destaca la importancia de las decisiones del auditor sobre los controles relacionados con las estimaciones contables.
Del mismo modo agregó que se introducen requerimientos de esfuerzo de trabajo basados en objetivos dirigidos a métodos.
Por último, agregó que se mejoró el requerimiento de mantenerse alejado y el requerimiento de información a revelar mejorados.
Eventos recientes
El 28 de abril se presentó en el colegio el curso Criterios no vinculativos para efectos del informe fiscal, SIPRED. En el evento, bajo la coordinación de Teresa Cruz Rodríguez, representante de la comisión técnica de Auditoría Fiscal, se presentaron las consideraciones para tener en cuenta sobre los criterios no vinculativos contenidos en distintos cuerpos normativos.Para cubrir el tema, se contó con la valiosa participación de Manuel Corral Moreno y Álvaro Enrique Cordón Álvarez, integrantes de comisión mencionada previamente.Antes de comenzar, los contadores señalaron la importancia de los criterios no vinculativos ya que, aunque no tienen fuerza legal obligatoria, su relevancia permite alinear los tres elementos o perspectivas que convergen durante el informe fiscal: la autoridad fiscal, el contribuyente y el auditor; de esta forma, estos criterios permiten dar cuenta de la forma en que el sujeto pasivo (la autoridad) interpreta una normativa para orientar al sujeto activo (el contribuyente).Además, se comentó que, pese a que el contribuyente no tiene la obligación de considerar estos criterios vinculantes, “el auditor tiene la obligación de revelar las discrepancias entre los criterios de la autoridad fiscal y el contribuyente”, ya que en caso de no hacerlo puede ser copartícipe de un encubrimiento de discrepancias fiscales.Una vez establecido ese precedente, los ponentes detallaron los criterios no vinculativos relacionados con distintos cuerpos normativos, comenzando con el Código Fiscal de la Federación (CFF), la Ley de Impuesto Sobre la Renta (LISR), la Ley de Impuesto al Valor Agregado (LIVA), la LIEPS (Ley de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) y la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos (LISH). Para cada apartado, los expositores comentaron los criterios no vinculativos aplicables a cada conjunto de leyes y ejemplos prácticos que permitieron profundizar en ellos, desde aquellos relacionados con la expedición, timbrado y entrega de CFDI; la base gravable del IEPS en la prestación de servicios de juegos con apuestas y sorteos; la deducción de pagos a sindicatos; los gastos a favor de terceros; entre otros.
En la conferencia universitaria de abril, el tema principal fue los Instrumentos auxiliares de fiscalización del SAT, un evento que contó con la destacada participación de la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA) Tepepan. David Osorio Cetina, docente de referida institución educativa, tuvo la responsabilidad de explicar en detalle los mecanismos y herramientas que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) emplea para respaldar y complementar sus facultades de comprobación. Su ponencia se centró en cómo estos instrumentos ayudan a identificar posibles incumplimientos fiscales por parte de los contribuyentes. El curso, que se ofreció de manera gratuita en un formato híbrido el 24 de abril, fue inaugurado por el vicepresidente de Vinculación Universitaria, Héctor Vázquez González, junto con el profesor de la ESCA Tepepan, Hugo Rodríguez Barbosa. Durante su presentación, Osorio Cetina hizo hincapié en la importante diferencia entre estos instrumentos auxiliares y las facultades de comprobación directas del SAT, como las visitas domiciliarias, revisiones de gabinete y revisiones electrónicas. Subrayó que los instrumentos auxiliares no son actos de fiscalización en sí, sino que ofrecen información y elementos valiosos para que el SAT pueda ejercer sus facultades de manera más eficiente y selectiva. En este contexto, la recomendación más importante es prestar atención a los comunicados emitidos por la autoridad fiscal. Este tema está estrechamente relacionado con el control interno de las empresas, por lo que es esencial mantener un diálogo con las áreas de contabilidad y, si es necesario, con asesores fiscales. Al recibir un comunicado del SAT, es crucial verificar la información que la autoridad presenta. Por ejemplo, si el SAT notifica la omisión de la declaración anual, se debe corroborar de manera interna el estado de dicha obligación. Una de las grandes ventajas en el ámbito de las vigilancias profundas es que el cumplimiento que se realiza después de recibir un comunicado se considera aún como algo espontáneo. Según el artículo 72.° del Código Fiscal de la Federación (CFF), “si se presentan las declaraciones de manera espontánea, se está exento de sanciones por parte de la autoridad”, destacó el también abogado en Derecho. “Así que, aunque llegue una notificación, si se presenta la declaración después, sigue siendo considerada espontánea. Esto es muy diferente a un requerimiento formal por no cumplir con las obligaciones, donde la espontaneidad ya no cuenta”. La oportunidad de corregir la situación fiscal sin tener que enfrentar multas u otras sanciones es un gran beneficio para el contribuyente. Por último, David Osorio destacó la importancia de visitar la página oficial del SAT y la plataforma de gobierno abierto, donde se publican cifras de recaudación que muestran lo valiosos que son estos instrumentos auxiliares y la vigilancia constante en la labor recaudatoria del SAT. "La eficiencia que han demostrado estas herramientas ha asegurado su uso continuo, marcando un avance firme en la estrategia de fiscalización, ya que permiten una recaudación significativa sin necesidad de ejercer facultades de comprobación directas", concluyó.
En el entorno empresarial que al pasar de los años se ha vuelto más dinámico, complejo y digitalizado, la función de auditoría interna está llamada a evolucionar. Así lo expuso Edgar Cruz Cruz, miembro de la comisión SE Auditoría Interna, el pasado 11 de abril durante su presentación en el curso Auditoría Interna Ágil, en la cual compartió un enfoque innovador basado en metodologías ágiles como scrum, lean y kanban, aplicadas con éxito en diversos sectores más allá del desarrollo de software.En el evento, coordinado por Armando Patiño Torres, de comisión mencionada, Cruz Cruz destacó que estas metodologías, lejos de sustituir los métodos tradicionales, los complementan y potencian, permitiendo dividir auditorías extensas en entregables más pequeños y manejables, optimizando tiempos y enfocándose en lo verdaderamente crítico. “Se trata de entregar valor desde etapas tempranas, mantener ciclos de mejora continua y alinear la auditoría con los objetivos estratégicos del negocio”, puntualizó.En su presentación profundizó en la aplicación de scrum dentro de la auditoría interna. Cruz explicó cómo estructurar el trabajo en sprints (ciclos de máximo cuatro semanas), donde se planifican tareas específicas, se realizan reuniones diarias de seguimiento y se entrega un producto final por cada ciclo: desde hallazgos hasta informes completos. En ese sentido, definió los roles del proceso: el product owner, el scrum master y el equipo de auditores, quienes trabajan de manera colaborativa, autónoma y adaptativa.Uno de los ejemplos más ilustrativos fue el caso ficticio de la empresa “El Conejo Feliz”, donde la auditoría al proceso “orden al pago” fue segmentada en sprints semanales, lo que permitió realizar entregas constantes y mantener una alta alineación con las áreas auditadas. Con ello, se demostró que incluso en equipos pequeños, estas metodologías pueden mejorar la trazabilidad, la velocidad de respuesta y la capacidad de adaptación ante cambios o nuevos hallazgos.Durante su intervención, Cruz hizo hincapié en que la adopción de metodologías ágiles requiere una cultura organizacional madura, liderazgo comprometido y equipos capacitados. Identificó como principal obstáculo la resistencia al cambio, y resaltó la importancia de comunicar claramente los beneficios de este enfoque dentro de la organización.También abordó la relevancia de contar con manuales de auditoría actualizados y vivos, ajustados a normas internacionales, pero con flexibilidad para incorporar enfoques ágiles. En ese sentido, se invitó a los asistentes a reflexionar sobre la pertinencia de sus propios marcos de trabajo y la necesidad de incorporar valores y principios ágiles como la colaboración, la adaptación al cambio y la entrega continua de valor.Además de los aspectos técnicos, la charla abordó temas estratégicos. Edgar Cruz subrayó la necesidad de que la auditoría interna esté alineada con la gestión de riesgos empresariales (ERM) y participe activamente en el cumplimiento y desarrollo del negocio. Enfatizó que la oportunidad en la entrega de informes es esencial, pues auditorías que se entregan meses después pueden perder relevancia. “La auditoría debe prevenir, no solo registrar errores del pasado”, afirmó.Finalmente, se compartieron ejemplos de organizaciones que ya están aplicando con éxito estas metodologías en sectores como salud, finanzas, manufactura y tecnología, demostrando que el enfoque ágil es viable en organizaciones de cualquier tamaño, siempre que se adapte a sus necesidades específicas.