Consciente del acelerado crecimiento de las empresas tecnológicas financieras en México, el Colegio presentó la séptima edición del Foro Fintech, espacio que reunió a especialistas, directores y CEO’s para discutir en torno a tecnológicas relacionadas con blockchain, NFT, exchange, Inteligencia Artificial (IA), crowdfunding y ciberseguridad.
En el foro, llevado a cabo el pasado 26 de septiembre, Daniel Salas Torres, presidente de la comisión de Tecnologías Financieras y Emergentes, compartió un breve contexto sobre la situación actual que vive el país en torno a dichas tecnologías. Asimismo, habló sobre la normatividad fintech y los retos principales que enfrenta México para brindar seguridad a los usuarios de la banca digital.
En primera instancia, se presentó el panel denominado Activos digitales: qué son y para qué sirven; a cargo de Antonio Casas Vessi, Abraham León Islas y Gustavo Corona. En cada intervención, los especialistas en materia fintech explicaron que el bitcoin fue creado como medio de pago entre personas que sustituyera el dinero fiduciario, no obstante, existente otro tipo de criptomonedas y, dependiendo el país, se presenta una regulación específica.
De igual forma compartieron que el Non Fungible Token (NFT), funciona a través de la tecnología blockchain; “es la misma tecnología de las criptomonedas, que funcionan mediante una red de ordenadores descentralizada”, informaron.
En tanto, los contadores Juan Ramón Carcaño López y Jorge Manlio Sentíes Medellín versaron sobre los principales aspectos financieros y contables de los activos digitales; al respecto, puntualizaron sobre el perfil qué debe dominar el contador público respecto a este tema. “El contador debe estar familiarizado con instrumentos financieros, además, debe conocer toda la parte de riesgos, ya que nos encontramos expuestos a los cambios de precios en el mercado y, finalmente, debe dominar el apartado fiscal mediante la regulación e impacto que generan contratos”, consideró Sentíes Medellín.
Por su parte, Juan Ramón Carcaño extendió una invitación a los asistentes a que se adentren al ecosistema fintech, ya que de esta manera les ayudará a comprender de mejor manera los beneficios y riesgos, “perdamos el miedo con el uso de criptoactivos; hoy en día tenemos diferentes fuentes para estimar riesgos del valor de los activos digitales”.
Acto seguido se presentaron Yair Kershenovich Tavel, Allen Saracho Carrillo y Juan Carlos Santillán Hernández, quienes platicaron sobre los criterios fiscales de activos digitales, destacando que, si bien no existe una regulación como tal de las criptomonedas, “se puede revisar desde la naturaleza legal y, partiendo de ahí, se otorga el tratamiento fiscal”, comentó Juan Carlos Santillán. De igual forma, el expositor habló sobre el régimen federal en materia de Impuesto al Valor Agregado (IVA), “es un tema que se debe atender, así como la información sobre la residencia para procesos de enajenación y adquisición de estos bienes”.
Por lo anterior, Allen Saracho Carrillo afirmó que es fundamental establecer su marco jurídico en el país, dado que México no ha emitido un reglamento respecto al uso de criptomonedas. Por ello, destacó que en el marco internacional existen cuatro clasificaciones en activos financieros, commodities, activos fijos y moneda. “No hay procedimientos para determinar la utilidad gravable, por ello es importante analizar el artículo 16 de la LISR”, coincidieron.
En el panel Regulación de derecho comparativo global para los activos digitales, Adriana Jiménez Sandoval, César Román Oropeza y Francisco Pinilla compartieron los pronunciamientos tanto del Banco de México (Banxico), como de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), los cuales ponen de manifiesto que la criptomoneda no es moneda ya que no tiene curso legal en el país.
Ante este panorama, señalaron que cualquier producto y servicio nuevo en el mercado amerita un riesgo, sin embargo, las naciones deben trabajar una iniciativa reglamentaria en torno a la prevención de lavado , ya que los activos virtuales representan un nicho grande en el territorio mexicano y más ahora con el uso de la IA.
En otro panel, Isaac López, Leonardo Brum Ramírez y Germán González Aranda, hablaron sobre la tokenización de activos del mundo real, los aspectos más relevantes sobre el metaverso descentralizado y los tipos de stablecoins que se están empleando en la actualidad.
En su turno, el contador Francisco Sánchez Hernández explicó que, dado su carácter intangible, los criptoactivos deben clasificarse como activos no monetarios, lo que implica un tratamiento contable distinto a los instrumentos financieros o inventarios.
“El reconocimiento inicial de las criptomonedas se realiza al costo de adquisición, incluyendo el precio de compra y cualquier gasto directamente relacionado con su adquisición. Estos activos deben registrarse en el estado de posición financiera bajo la categoría de activos intangibles”, informó.
Procediendo con las exposiciones, fue el turno de la contadora María Luisa Jazmín García Juvenal, quien informó que a los NFT se les asigna una especie de certificado digital de autenticidad, una serie de metadatos que no se van a poder modificar. “En estos metadatos se garantiza su autenticidad, se registra el valor de partida y todas las adquisiciones o transacciones que se hayan hecho, y también a su autor”, precisó.
Para cerrar con las actividades del 7.° Foro Fintech, se adicionaron las participaciones de Walter Álvarez, Christian Pérez Carreto, Luis Méndez De la Vega, José Carlos Pérez, Alejandro Machorro Rivera, Lucía Iturriaga, Ricardo Tapia Bravo, Gustavo Santana, Gilberto Morales y Ana Karen Ramírez Téllez; quienes compartieron sus lecturas sobre sistemas de pagos electrónicos, pagos internacionales, ciberseguridad e Inteligencia Artificial.
Eventos recientes
Este 26 de mayo, el Colegio fue el escenario de un desayuno conferencia, donde profesores de la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA), Unidad Santo Tomás, se dieron cita para explorar el impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en la educación. Este evento, que reunió a académicos y líderes del sector, fue encabezado por Adolfo Ramírez Fernández del Castillo, presidente del Colegio, y Dulce Monroy Becerril, directora de la ESCA.Como parte del protocolo inicial, el contador Adolfo compartió un mensaje en el que enfatizó la relevancia de la IA en la transformación educativa, en particular desde el punto de vista del profesor. Destacó que "la tecnología no sólo se trata de herramientas, sino de una oportunidad para transformar la enseñanza".El presidente instó a los presentes a adoptar un enfoque proactivo frente a estos avances, señalando que la colaboración entre instituciones es clave para preparar, de manera óptima, a las nuevas generaciones de contadores.Por su parte, la doctora Dulce Monroy Becerril ofreció un mensaje centrado en la misión de la ESCA Santo Tomás y su compromiso con la innovación educativa. Al respecto, Monroy puntualizó que "la Inteligencia Artificial abre un abanico de posibilidades que puede enriquecer la experiencia de aprendizaje, dadas las implicaciones de la profesión". Hizo hincapié en la necesidad de integrar esta tecnología de manera ética y responsable, asegurando que los valores fundamentales de la educación no se vean comprometidos.La directora también agradeció a los presentes por su participación y colaboración, así como a las autoridades del Colegio, afirmando que, gracias al trabajo en conjunto, se puede crear un ecosistema educativo más robusto, donde la tecnología y la pedagogía coexistan de manera armónica.En tanto, el responsable de impartir la conferencia fue el doctor Ignacio José Domínguez Castillo, CEO y socio fundador en DOSA & Associates, quien advirtió que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), sólo 20% de las instituciones educativas a nivel mundial cuentan con orientación formal sobre el uso de la IA en la educación.Durante el evento, los catedráticos disfrutaron de un recorrido por las instalaciones del Colegio, donde conocieron más sobre los servicios y beneficios de ser asociados, así como el Museo de la Contaduría Pública y el jardín. Esta actividad permitió a los profesores explorar oportunidades de colaboración y fortalecer vínculos con el Colegio, promoviendo un ambiente de aprendizaje continuo y enriquecedor.El desayuno conferencia no sólo fue un espacio para el aprendizaje y la reflexión, sino también una plataforma para fomentar el diálogo y la cooperación entre instituciones.
La comisión de Contabilidad y Auditoría Gubernamental reunió del 19 al 23 de mayo a expertos de instituciones clave como ASF, FGR, INEGI, INAP y TFJA en la Semana Nacional de Contabilidad Gubernamental 2025. El evento evidenció que la contabilidad pública ha evolucionado más allá del registro técnico, consolidándose como una herramienta esencial para la transparencia, la justicia social y el desarrollo sostenible.Uno de los ejes centrales fue el nuevo enfoque patrimonial en la contabilidad gubernamental, vigente desde el 1 de enero de 2025. Rosa María Cruz Lesbros, integrante de la comisión de Contabilidad y Auditoría Gubernamental, destacó que este cambio responde a la necesidad de conocer la situación financiera del sector público con objetividad y continuidad. Explicó que las nuevas reglas de registro y evaluación sustituyen los métodos anteriores por un modelo más claro y específico que abarca temas como bienes intangibles, pasivos, provisiones y contingencias. Subrayó la importancia del control físico de inventarios y concluyó: “La información debe mostrar lo que es”.El enfoque social y de género también estuvo presente en la agenda. Claudia Sofía Corichi García, titular de Vinculación y Género en la Auditoría Superior de la Federación (ASF), abordó el tema de la brecha salarial como expresión de violencia económica estructural. “Aunque está regulado, aún hay mucho que hacer”, afirmó, proponiendo auditorías de brecha salarial, un Sistema Nacional de Cuidados y el impulso a la participación femenina en carreras STEM, como parte de una estrategia de justicia social y desarrollo económico sostenible.En el panel “La contabilidad como elemento indispensable para la transparencia y rendición de cuentas”, expertos como Diego Carlos Nieto Sánchez, integrante de la comisión de Contabilidad y Auditoría Gubernamental; Martín Pérez García, socio de Auditoria en Mazars Auditores; y José Juan Lazo Sarmiento, integrante de la comisión de Contabilidad y Auditoría Gubernamental, coincidieron en que la Ley General de Contabilidad Gubernamental (LGCG) ha sido clave para armonizar los registros contables entre entes públicos. No obstante, señalaron que subsisten desafíos como la disparidad de criterios entre organismos, la escasez de personal capacitado y la necesidad de avanzar hacia la adopción de normas internacionales. “Con lo que se tiene hoy se está cumpliendo, pero no es totalmente transparente”, advirtió Pérez García.Otro de los temas destacados fue el uso del lenguaje claro en la administración pública. Claudia Margarita Hernández Flores, presidenta del Comité de Participación Ciudadana del Estado de México (CPC), sostuvo que el lenguaje técnico y opaco puede ser una barrera para la ciudadanía e incluso una puerta para la corrupción. Propuso adoptar el enfoque de comunicación clara como herramienta para recuperar la confianza institucional, alineado con compromisos internacionales como el ODS 16.Desde una óptica legal, Mauricio Reyna Rendón, abogado fiscalista, analizó los retos jurídicos de la Ley General de Responsabilidades Administrativas, especialmente las contradicciones normativas y la necesidad de delimitar conceptos clave para evitar sanciones desproporcionadas. Llamó a una interpretación sólida y técnica que fortalezca el Estado de derecho y la lucha anticorrupción.Por su parte, Claudia Laura Mancera Monroy, también integrante de la comisión de Contabilidad y Auditoría Gubernamental, reafirmó el papel del estado de situación financiera como herramienta clave para la fiscalización. Subrayó que su elaboración debe apegarse a los principios contables vigentes, incluir notas explicativas y permitir su consulta en tiempo real para apoyar la toma de decisiones públicas.El impacto de la tecnología fue abordado por Nicolás Domínguez García, asesor de la Fiscalía General de la República, quien señaló que la inteligencia artificial está transformando la contabilidad gubernamental al automatizar procesos y fortalecer el análisis de datos. No obstante, advirtió que su implementación enfrenta barreras como la falta de regulación, infraestructura y capacitación. “La IA no sustituye al contador público, transforma su papel”, afirmó.Por otro lado, Ludivina Leija Rodríguez, vicepresidenta del Sector Gubernamental en el IMCP, ofreció un balance general de la aplicación de la LGCG, resaltando avances importantes en algunas entidades federativas. Sin embargo, alertó sobre las brechas que persisten en los municipios, donde los bajos presupuestos y la carencia de personal técnico afectan el cumplimiento normativo. Llamó a modernizar los sistemas, profesionalizar a los servidores públicos y adoptar tecnologías como big data y minería de datos: “Ya no es un tema opcional, es sustancial para elevar la calidad de la información”.En su turno, Alfredo Cristalinas Kaulitz, académico de la UNAM-FCA, ofreció una lectura desde el nuevo institucionalismo económico para entender los recientes cambios disruptivos en la administración pública federal. Enfatizó que “las instituciones son las reglas del juego y las organizaciones, los jugadores”, por lo que evaluaciones como la desaparición de órganos autónomos, la reforma judicial o la centralización de funciones deben hacerse con “criterio prudencial”, más allá del juicio político. Afirmó que el verdadero reto está en lograr una implementación organizacional eficaz que profesionalice y legitime socialmente dichas reformas, pues “el diseño puede ser magnífico, pero sin ejecución adecuada, el objetivo se diluye”.El vicepresidente del Sector Gubernamental en el IMCP, Cornelio Rico Arvizu, destacó la utilidad del estado de flujo de fondos como herramienta clave para la toma de decisiones financieras en el sector público. Subrayó que, a diferencia del estado de actividades —que refleja lo contable devengado—, el flujo de fondos muestra el dinero realmente disponible, alertando que aún hay entidades que ignoran este reporte obligatorio. “El estado de actividades no es dinero. Mucha gente se quiere gastar los 1,600 cuando ese dinero no existe”, advirtió con claridad.Con una exposición crítica, Rogelio Santillán Buelna, fundador de Embajada Gubernamental, evaluó los 15 años de la Ley General de Contabilidad Gubernamental, afirmando que su enfoque es más de gestión que puramente contable. Señaló un incumplimiento generalizado y prácticas preocupantes como la simulación y la imposición de un quinto estado financiero sin sustento técnico. Llamó al gremio contable a recuperar su papel central: “La transparencia inicia con las cuentas, y las cuentas vienen de la contabilidad”.Elsa Beatriz García Bojorges, presidenta del Consejo Emisor del CINIF, abordó la urgencia de integrar criterios de sostenibilidad en la contabilidad pública. Explicó que ya existen avances normativos a nivel internacional —como el proyecto del International Public Sector Accounting Standards Board (IPSASB) para reportar riesgos climáticos— y nacional, con las nuevas Normas de Información de Sostenibilidad (NIS). Subrayó que “la sostenibilidad es impostergable” y debe considerarse tanto por sus implicaciones éticas como por sus efectos en la percepción financiera de las entidades.Benjamín Reyes Torres, integrante de la comisión de Contabilidad y Auditoría Gubernamental y María de Lourdes Chávez, responsable del departamento de Estrategias de Integridad en el INEGI, reflexionaron sobre los códigos de ética en el sector público, señalando que “actuar con ética no es una opción, es una obligación”. Compartieron la experiencia del INEGI como un ejemplo de institucionalización de la ética, con acciones como un decálogo de conducta, campañas internas y capacitación continua. Chávez puntualizó: “Si tratáramos a todas las personas con respeto, evitaríamos muchas denuncias”.Luis Armando Carranza Camarena y Adrián Cruz Pérez, del INAP, recordaron que la cuenta pública es el documento por excelencia de rendición de cuentas. Aunque cumple su función técnica, señalaron el reto de traducirla a formatos comprensibles para la ciudadanía. “El ciudadano de a pie debe entenderla para ejercer su derecho al control social”, afirmaron.El magistrado en la Sala Regional Noroeste II en el Tribunal Federal de Justicia Administrativa Sonora, Marco Antonio Escobar Cuapio, presentó un criterio jurisprudencial relevante que declara ilegal la exigencia de “integraciones especiales” no previstas por ley. Subrayó que “las cuestiones técnicas contables no pueden imponerse desde lo tributario” y que las facultades de comprobación del SAT deben respetar el principio de legalidad y la especificidad del contexto contable.Finalmente, para cerrar las actividades del evento, en el panel sobre sanciones a servidores públicos, se discutieron casos reales de abuso de funciones, omisiones técnicas y acoso laboral. Javier Vargas Zempoaltecatl, titular en la Contraloría del Estado de México; Alberto Gándara Ruiz Esparza, magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa en Estado de México; Graciela Josefina Cámara Guerrero, presidenta de la comisión de Contabilidad y Auditoría Gubernamental; y Gricelda Sánchez Carranza, integrante de la comisión de Contabilidad y Auditoría Gubernamental, coincidieron en la importancia del acompañamiento jurídico, la capacitación y la individualización de sanciones. “La labor preventiva de las contralorías puede evitar sanciones”, afirmó Vargas, mientras que Gándara subrayó que “el dolo y la reincidencia deben ser elementos clave al calificar la gravedad de las faltas”.
Durante el último día de la Semana Nacional de Contabilidad Gubernamental, celebrado el 23 de mayo, se llevó a cabo un panel titulado Importancia de la implementación de la ciberseguridad en los procesos de auditoría, en el que Luis Miguel Martínez Ansúrez, presidente del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP), y Adolfo Ramírez Fernández del Castillo, presidente del Colegio, reflexionaron sobre el papel de las tecnologías emergentes en la administración pública, destacando su impacto en la eficiencia, la fiscalización y la necesidad urgente de implementar medidas de ciberseguridad en los procesos de auditoría.En ese sentido, Martínez Ansúrez abrió el panel destacando cómo las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, el big data o la minería de datos han generado una redefinición y cambios de paradigma en torno a fenómenos que exigen repensar el papel del gobierno en una sociedad cambiante. “La administración pública debe ser capaz de adaptar e incorporar los cambios que posibilitan las nuevas herramientas y tecnologías”.En su análisis, Martínez enfatizó que estas tecnologías no deben entenderse únicamente como instrumentos, sino como parte integral de los valores que orientan la acción pública: “Se trata de introducir el deber en el poder… contener el poder que los seres humanos tienen para incidir sobre su medio y sobre sí mismos a partir del establecimiento y respeto de consideraciones de índole ético”.Sobre el impacto en la fiscalización, subrayó que estas herramientas permitirán auditorías más rápidas, precisas y efectivas y que la inteligencia artificial y el aprendizaje automático permitirán una más precisa y detallada lectura de grandes volúmenes de datos, lo que aumentará la transparencia y la confianza en los procesos de auditoría.Por su parte, Ramírez Fernández del Castillo, abordó el tema de los riesgos asociados al avance tecnológico. Comentó que hay un riesgo importante que no podemos dejar de lado: la ciberseguridad. “El incremento de los ciberataques se ha dado en una forma exponencial, por lo que la ciberseguridad debe estar dentro de los tres primeros riesgos que todo director o contralor debe considerar”.Ramírez alertó sobre la brecha entre la preocupación y la preparación ante los riesgos digitales. “Si del 56% están preocupados, solamente el 34% en México están preparados para esto. En el ámbito de la administración pública, la brecha podría ser aún mayor”.Además, destacó la urgencia de una regulación eficaz. “La ley de ciberseguridad de la Ciudad de México es un paso adelante, pero es necesario extender este marco a nivel federal. Las regulaciones deben traducirse en inversiones reales en infraestructura, controles y gobernanza”.En su cierre, remarcó que las tecnologías llegaron para quedarse y los hackers también. Por eso, expresó que pensar en ciberseguridad desde la institución, la empresa y hasta lo personal, es una necesidad urgente. “Y, como suelo decir, detrás de una gran tecnología, hay una gran mujer: la ciberseguridad”.