Con el objetivo de proporcionar a los profesionales de la auditoría y áreas relacionadas información actualizada y orientación sobre cómo enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades en un entorno empresarial y tecnológico, la comisión de Auditoría del Colegio llevó a cabo del 27 al 30 de noviembre la 21.a Semana de Auditoría.
Entrando en materia, Alejandro Javier Juárez Bolaños, socio director en dSoft, habló sobre el impacto transformador de las herramientas tecnológicas para la fiscalización. Explicó que estas soluciones, que van desde sistemas hasta inteligencia artificial (IA), están redefiniendo la forma en que las autoridades llevan a cabo la vigilancia tributaria. Dentro de la presentación se destacaron temas como la automatización de tareas, el análisis de datos masivos y el papel de la IA y robots en el ejercicio profesional, subrayando la necesidad de adaptarse a estas innovaciones para mejorar la eficiencia y reducir riesgos fiscales y económicos.
Por otro lado, se dio paso a una mesa de análisis integrada por Kathy Gregoire, directora ejecutiva en Pronatura México; José Luis Quiñones Aguilar, director de finanzas en Juguetibici; David Romero Morfin, director general en Fincomún; y Alejandro Barrios Uribe, vicepresidente y administrador de finanzas en Grupo Sahuayo, quienes se reunieron para abordar el impacto del avance tecnológico en sus respectivos negocios.
El tema recurrente fue la resistencia al cambio, especialmente en aspectos fiscales y en la gestión eficiente de la información. Al respecto se destacó el papel crucial de la IA en la optimización de procesos y la toma de decisiones, resaltando la necesidad de adaptarse a las transformaciones digitales. Asimismo, se compartieron experiencias prácticas, como el uso exitoso de herramientas como los ERP durante la pandemia y la importancia de la conciliación contable con herramientas específicas.
Por último, los líderes subrayaron la necesidad de profesionales especializados en tecnología y enfatizaron que la tecnología es un medio, no un fin, instando a buscar nuevas formas de generar negocio y conocimiento a través de la innovación.
Siguiendo con la temática del impacto de los avances tecnológicos, pero ahora desde el el quehacer de los auditores independientes, las expertas de la comisión de Auditoría, Sandra Centeno Leiva, Eugenia López Blancas y Teresa Cruz Rodríguez, fueron las encargadas de debatir el tema. En ese sentido evaluaron el impacto positivo en la eficiencia de la auditoría, identificaron retos futuros en la continua integración tecnológica y exploraron cómo la tecnología ha influido en la alineación con la nueva norma de gestión de calidad.
Dentro de sus consejos a otras firmas, coincidieron en la necesidad de una cuidadosa implementación, ajustes metodológicos y preparación para los desafíos inherentes a esta transformación tecnológica.
Continuando con el programa, Alfredo Molina Mercado, miembro de la comisión organizadora, abundó en los aspectos críticos de las auditorías a través de los CFDI, desde la evolución del comprobante en 2005 hasta su papel actual como herramienta fundamental ante el SAT. Molina resaltó la importancia de la conciliación y el análisis de estos comprobantes para respaldar los procedimientos de auditoría.
Como recomendaciones, centradas en la adaptación de procedimientos a la realidad de cada entidad, el ponente destacó la necesidad de utilizar herramientas tecnológicas y considerar las características específicas de las operaciones financieras para garantizar la eficacia de la auditoría y el cumplimiento de obligaciones fiscales.
En su turno, Elsa Beatriz García Bojorges, presidenta del CINIF, centró su presentación en los riesgos dentro del contexto de las normativas NIS 1 y NIS 2, enfocándose en la divulgación de información de sostenibilidad, la cual incluye visualizar, evaluar y distinguir una amplia gama de riesgos. Hizo énfasis en las nuevas normas internacionales que exigen a las entidades revelar información detallada sobre riesgos y oportunidades en áreas como gobierno corporativo, estrategia, administración de riesgos y métricas. “La urgencia de estas normativas, radica en proporcionar información útil para inversionistas, acreedores y otros usuarios de información financiera”, comentó.
Por su parte, Jorge Enrique Santibáñez Fajardo, socio en Mazars Auditores, analizó la Norma Internacional sobre Aseguramiento de la Sostenibilidad (ISSA) 5000, donde aseguró que la norma es esencial para asegurar la precisión en la divulgación de información de sostenibilidad por parte de las entidades. El expositor destacó la relevancia de la propuesta ISSA 5000, delineando requisitos generales para compromisos de aseguramiento sobre sostenibilidad, y señaló la evolución de las normativas de reporte, las cuales generan confianza mediante servicios de aseguramiento para satisfacer las crecientes demandas de diversos usuarios.
El socio de PwC, Francisco Javier Álvarez Mendoza, abordó el impacto significativo de la tecnología dentro de la auditoría. Hizo hincapié en la rápida transformación impulsada por la inteligencia artificial y advirtió sobre la necesidad urgente de adaptarse a estos cambios continuos. Álvarez remarcó que, si bien la tecnología no reemplazará a los auditores, la falta de adaptación podría resultar en la pérdida de empleos. "Los profesionales de auditoría deberán adoptar activamente herramientas tecnológicas, como bases de datos automatizadas y estrategias de auditoría eficientes, para mantener la calidad y la relevancia en la profesión”.
Para cerrar el segundo día de actividades, Orlando Corona Lara, Rolando Silva Briceño y Edgar Enríquez Álvarez, de la comisión de Seguridad Social, exploraron el impacto de los avances tecnológicos centrándose en la fiscalización y los dictámenes fiscales. En ese sentido, razonaron cómo, a pesar de la falta de reformas fiscales, el SAT, el Seguro Social y los Estados han mejorado la recaudación mediante tecnología avanzada.
Los expositores también resaltaron la relevancia actual del dictamen del Seguro Social, considerando el aumento de afiliados a pesar de un crecimiento económico moderado. En ese punto, se abordaron cambios significativos, como la transición a lo electrónico en 2018 y las adaptaciones necesarias por reformas laborales. Además, se discutieron temas como la conciliación de nóminas con CFDI, la regulación del teletrabajo y la necesidad de adaptarse a los cambios tecnológicos para cumplir con obligaciones en seguridad social y minimizar riesgos.
En la tercera jornada de ponencias, el director general de Megahabilidades, Ricardo Medina Alarcón, centró su participación en explorar como la IA ha impactado en campos como la contabilidad y la auditoría fiscal. Medina comentó que, aunque la IA no es novedosa, su relevancia actual se ve potenciada por factores como la velocidad de comunicación, el 5G y la computación en la nube. “La IA ha ingresado en la sexta ola de innovación, ya que aborda tecnologías como el internet de las cosas y el blockchain”.
También habló sobre la creciente influencia de la inteligencia artificial en la auditoría y fiscalización, mencionando casos específicos como el análisis financiero automatizado de empresas como Bimbo.
En la participación de Verónica Abigaíl Galindo López, socia en Salles Sainz - Grant Thornton, se desarrolló el tema de la transformación del auditor en un entorno de auditoría en constante evolución. La expositora subrayó la necesidad de adaptarse a los cambios tecnológicos, especialmente en la era de la digitalización, la automatización y la analítica de datos. Mencionó que las profesionales tendrán que desarrollar habilidades técnicas, éticas y emocionales; “la auditoría debe evolucionar hacia un enfoque más analítico y menos dependiente de procesos manuales tradicionales”.
Pese a los desafíos y cambios significativos en el entorno de la auditoría, Galindo afirmó que la profesión no desaparecerá. “Los auditores debemos abrazar la transformación, adquirir nuevas habilidades y mantenernos comprometidos con los principios éticos y de calidad para seguir proporcionando un análisis objetivo y fundamentado en normas”.
En la presentación de Fernando Ruiz Monroy, socio de Auditoría en EY, ofreció una actualización sobre los proyectos del Consejo Internacional de Normas de Auditoría y Aseguramiento (IAASB, por sus siglas en inglés). Razonó sobre normas recientemente aprobadas, como la NIA 315 y la NIA 220; asimismo compartió detalles sobre proyectos en curso y propuestas futuras, incluyendo aspectos como tecnología y sostenibilidad. Por último, enfatizó la relevancia de estar informados sobre estos desarrollos, ya que tendrán impacto directo en las auditorías en los años venideros.
Rafael Yela Gutiérrez y Bernardo Soto Peñafiel dieron una visión detallada sobre las Tecnologías de Información (TI) y los controles generales de las TI, retomando la NIA 315 revisada. “La norma busca lograr una identificación y valoración más robusta de los riesgos de incorrección material, promoviendo respuestas más efectivas a estos riesgos”.
Dentro de los cambios incluyen la promoción de la congruencia en la aplicación de procedimientos, la escalabilidad de la norma a través de requerimientos basados en principios, y la simplificación para su aplicación en auditorías de diversas entidades. Otros puntos abordados fueron la evaluación separada del riesgo inherente y del riesgo de control, el reconocimiento de la importancia de la tecnología de la información, y la necesidad de una comprensión sólida de los controles generales de TI.
En el último día del evento, Cipriano Fernández Maya, miembro de la Comisión Administradora de Calidad de Firmas de Contadores Públicos, abundó sobre la transición normativa de control a gestión de calidad en auditorías, donde se presentaron fechas clave, obligaciones para firmas y se hizo énfasis en la importancia de salvaguardar la independencia, capacitar inspectores y promover sistemas de gestión de calidad.
Por su parte, Heidi Martínez Marín expuso sobre la implementación de la Norma Internacional de Gestión de la Calidad 1 (NIGC 1) y la evaluación del sistema. Algunos de los enfoques centrales fueron la valoración de riesgos, gobierno corporativo y ética, donde consideró importante la necesidad de personalizar el Sistema de Gestión de Calidad según la naturaleza única de cada firma de auditoría. Martínez Marín guio a los participantes a través de ejercicios prácticos, destacando la importancia de la evaluación anual del SGC para garantizar la seguridad en el logro de objetivos.
Para abarcar temas relacionados con la ética, Juan Carlos Bojorges Pérez, ex presidente del Colegio, versó sobre las consideraciones éticas en el ámbito empresarial, comenzando con el surgimiento de la Business Ethics en la década de 1970 a raíz del caso Watergate. También habló acerca de la evolución de la ética empresarial a lo largo de las décadas, desde la prioridad de las ganancias en los años 80 hasta los escándalos financieros en la década de 1990.
De manera práctica, detalló los problemas éticos internos y externos, haciendo énfasis en la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y el Desarrollo Sustentable como elementos clave para una actuación consciente y comprometida en los negocios.
Finalmente, Gustavo Adolfo Solís Montes, director general en Grupo Cynthus, platicó sobre las herramientas tecnológicas de apoyo para los auditores. Dentro de esas herramientas, figuraron las capacidades esenciales para la auditoría, como el análisis de datos, la ejecución de tareas repetitivas, la resolución de problemas complejos y el acceso remoto a recursos digitales. “Los auditores deben comprender sus propios requisitos para así seleccionar las herramientas más útiles”.
Además, compartió que, aunque la tecnología es crucial, solo constituye una parte de la solución; sugirió a los auditores a reconocer su doble función: auditar la tecnología y utilizarla eficazmente en su propio trabajo. Por último, comentó sobre la necesidad de una aproximación proactiva por parte de los auditores para identificar sus necesidades específicas y elegir las herramientas que mejor se adapten a sus requerimientos.
Eventos recientes
Esta tarde, el Colegio de Contadores Públicos de México y el Colegio de Notarios de la Ciudad de México firmaron un convenio de colaboración que busca fortalecer la relación entre ambas instituciones y ofrecer beneficios significativos a sus integrantes.En el evento se dieron cita, por parte del Colegio, Adolfo Ramírez Fernández del Castillo, presidente; Rosalía Ortega López, vicepresidenta de Gobierno; y María Luisa Ramírez Hernández, directora ejecutiva. En representación del Colegio de Notarios, estuvieron presentes Roberto Garzón Jiménez, presidente de la institución, y Ángel Gilberto Adame López, director general del Instituto de Investigaciones Jurídicas del Notariado (IIJN).Durante la firma del convenio, se destacó el compromiso de ambas partes para desarrollar actividades que incluyen:Comunicación: Colaboración en la promoción de foros, cursos, talleres, etc. a través de redes sociales y comunicados oficiales.Acceso preferente a actividades académicas: Los asociados y colaboradores tendrán preferencia para participar en diversas actividades académicas organizadas por los colegios.Difusión: Se establecerá un enfoque en la promoción de cursos, talleres, seminarios, conferencias, simposios y diplomados, lo que permitirá a los miembros mantenerse actualizados en sus respectivas áreas de interés y contribuir al desarrollo profesional continuo.Posteriormente a la firma, las autoridades de ambos organismos realizaron un recorrido por las instalaciones del Colegio, donde pudieron conocer más sobre los beneficios que se ofrecen a los asociados.Durante el recorrido, los representantes intercambiaron ideas sobre la importancia de la colaboración interinstitucional y cómo esta puede impactar de manera positiva en la formación y actualización profesional. El encuentro finalizó con una cordial conversación sobre los desafíos actuales que enfrentan ambas profesiones, así como sobre la necesidad de adaptarse a un entorno en constante cambio.
El 29 de julio se presentó en el Colegio el curso Presentación del dictamen por fusión y escisión de sociedades, donde la comisión técnica de Auditoría Fiscal brindó la información necesaria a los asistentes para elaborar el dictamen y presentación de estados financieros de las empresas participantes de fusiones o escisiones, conforme a los requisitos del artículo 14-B del Código Fiscal de la Federación (CFF).El espacio estuvo coordinado por Rafael Mendoza Aguilar y contó con la participación de tres expertos en el tema e integrantes de la comisión: Daniel Lugo Serrano, Saraí Dávila Fragaso y Miguel Ángel Severiano Hernández, quienes compartieron sus conocimientos para explorar los antecedentes, disposiciones fiscales, requisitos y recomendaciones para la elaboración de estos dictámenes. Para comenzar, se explicó que el proceso de fusión o escisión comienza con una asamblea extraordinaria de accionistas, donde se determinarán los motivos para tal efecto en relación con los estados financieros. Además, se señaló la importancia de extender en un acta de asamblea todos los detalles necesarios del acuerdo de estos actos corporativos, con el fin de clarificar las descripciones, plazos, responsabilidades y obligaciones que derivan de ellos.El acta de asamblea no tiene una lista concreta de extensión y alcance. Los expertos señalaron que debe responder a las necesidades de las partes involucradas para establecer un acuerdo, siempre alineada a la Ley General de Sociedades Mercantiles (LGSM).En ese mismo sentido de cumplimiento normativo, el artículo 14 del Código Fiscal de la Federación señala las condiciones que debe cumplir un caso de fusión para no ser considerada como una enajenación. Una de estas condiciones es que la sociedad fusionante deberá continuar con las actividades que realizaba antes de la acción.Posteriormente, en el foro se comentó quiénes no están obligados al dictamen, con sustento de la regla 2.10.27 de la Resolución Miscelánea Fiscal (RMF). Para ello, los contribuyentes deben cumplir tres supuestos: el monto de la cuenta de capital de aportación de la sociedad y el capital social del fusionante o la escindente no debe exceder el equivalente a $100’000,000; El valor de los activos netos transmitidos a la sociedad fusionante o escindida es igual o menor a un monto equivalente a $100’000,000; y, la sociedad fusionada o escindente, en el ejercicio fiscal inmediato anterior a la acción, consignó en sus declaraciones normales ingresos acumulables para efectos del Impuesto Sobre la Renta (ISR) iguales o menores a un monto equivalente a equivalente a $50’000,000.Además, se compartió cómo debe presentarse un dictamen de los estados financieros utilizados para llevar acabo una fusión o escisión, sus requisitos y condiciones con fundamento del artículo 14-b del CFF. Dentro de estos requisitos, se destacó el escrito libre que debe contener el dictamen y debe ser realizado por un contador público inscrito; además, es en esta carta donde se debe incluir la copia del acta de asamblea que se mencionó previamente.Finalmente, se señaló que no presentar este dictamen, dentro de los plazos establecidos, mediante el Sistema de Presentación de Dictamen (Sipred) puede llevar a la invalidez de la fusión o escisión para efectos fiscales, sanciones económicas y la pérdida de la revisión secuencial. Debido a ello, es de suma importancia mantener estas acciones empresariales dentro de las normativas aplicables y, para ello, es fundamental contar con una presentación apropiada y alineada del dictamen de los estados financieros que les sustentan.
Este 24 de julio, el Colegio y la comisión Administradora de Calidad de Firmas de Contadores Públicos presentaron la conferencia Reflexiones sobre el cumplimiento de la NIGC, revisiones globales, la cual fue impartida por Jaime Pérez Martínez y Cristian Justo Álvarez, y moderada por Javier Sagrero Martínez; quienes platicaron sobre los hallazgos, medidas contra los incumplimientos y los retos por venir en este proceso.Los expositores comenzaron su presentación compartiendo un breve panorama internacional que evidenció la situación actual respecto a la calidad en los servicios de auditoría. Resaltaron diversos hallazgos preocupantes en las firmas, tales como la falta de designación de un responsable del sistema de control de calidad, la ausencia de un manual de políticas y procedimientos, y la inexistencia de planes de capacitación.Entre las observaciones realizadas a los encargos, los contadores destacaron la falta de documentación adecuada para la determinación de cuentas significativas y la insuficiencia de procedimientos analíticos en la evaluación de riesgos. "Es fundamental que se involucre a especialistas de TI en la revisión de los sistemas para garantizar una auditoría efectiva", subrayó Justo Álvarez.Asimismo, los retos que enfrentan los contadores, en el actual contexto, también fueron parte de la discusión. Los especialistas mencionaron la postergación de fechas de visitas, errores en los datos de contacto de los revisores, y el considerable desfase de tiempo en la aceptación de hallazgos; estos elementos, señalaron, afectan directamente la calidad del trabajo de auditoría.Además, compartieron que, de acuerdo con el Foro Internacional de Reguladores Independientes de Auditoría (IFIAR, por sus siglas en inglés), 88% de las jurisdicciones son requeridas para adoptar la NIGC 1, de los cuales 68% de los miembros reportan hallazgos relacionados con auditorías de entidades que no son de interés público.A pesar de los desafíos, se compartieron hallazgos positivos como la eficiencia en las auditorías, una mayor estadía de colaboradores y una mejor colaboración cruzada. Estos aspectos son cruciales para la toma de decisiones informadas dentro de las firmas.Se puntualizó, con base en reportes del IFIAR, que los hallazgos de control de calidad no solo se relacionan con compromisos específicos, sino que abordan políticas y procedimientos vigentes en las firmas. Para mejorar la situación, los especialistas recomendaron la asignación de recursos, el fortalecimiento de la documentación y la inducción a una proactividad mayor en los procesos.“Los beneficios de implementar acciones correctivas eficaces incluyen no solo la reducción de costos, sino también un aumento en la eficiencia y la mejora continua de la calidad en el ámbito contable”, concluyó Pérez Martínez.