El panorama laboral en México enfrenta importantes transformaciones con más de 150 iniciativas en discusión y regulaciones ya en vigor que impactan directamente a trabajadores y empleadores. Aspectos como la Ley Silla, la reducción de la jornada laboral y las sanciones por exceso de trabajo extraordinario están marcando un nuevo rumbo en la protección de los derechos laborales y la administración del talento.
Bajo ese contexto, la comisión de Seguridad Social organizó el curso titulado Ley Federal del Trabajo con aplicación empresarial y administración de talento, el 21 de marzo. El evento estuvo coordinado por Jorge Tomás Ponce Yépez, miembro de la comisión de Desarrollo de Seguridad Social, y contó con las participaciones de Nancy Berenice Robles Núñez, manager en Mancera Ernst & Young, así como de José Rodríguez Sánchez y Jesús Gilberto Guerra Reyes, ambos integrantes de la comisión organizadora.
Para iniciar, Robles Núñez destacó que actualmente existen más de 150 iniciativas en materia laboral, muchas de las cuales buscan mejorar las condiciones de trabajo en el país. Uno de los cambios más relevantes que mencionó es la Ley Silla, la cual obliga a los patrones a proporcionar asientos adecuados y periodos de descanso a sus trabajadores. En ese sentido resaltó la importancia de modificar la documentación interna, como el reglamento interior de trabajo, para cumplir con esta normativa y así evitar sanciones.
También habló sobre la propuesta de reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, con dos días de descanso, lo que consideró que generaría un impacto significativo en las empresas; sin embargo, estimó necesario evaluar el efecto financiero de esta reforma y considerar su implementación gradual. Asimismo, compartió otras iniciativas relacionadas con prestaciones laborales, como el incremento del aguinaldo y la prima vacacional, así como medidas para garantizar la equidad salarial y la inclusión laboral de grupos vulnerables.
Un aspecto abordado por Robles Núñez fue la penalización del trabajo extraordinario excesivo, donde explicó que las horas extras triples pueden ser consideradas explotación laboral y derivar en sanciones penales, con penas de hasta 10 años de prisión y multas económicas severas. “Las empresas deben asegurarse de que sus empleados no excedan los límites legales de tiempo extraordinario y establecer controles para documentar y justificar cualquier prolongación de la jornada”, comentó.
Respecto al cumplimiento en materia de subcontratación y servicios especializados, comentó que las empresas deben verificar que sus proveedores cumplan con las regulaciones y evitar prácticas que puedan ser consideradas como una extensión ilegal de la plantilla laboral. Invitó a que las empresas adopten medidas de cumplimiento normativo, revisen sus políticas internas y se preparen ante los cambios en la legislación laboral para minimizar riesgos y mejorar la administración del talento.
Continuando con las ponencias, Rodríguez Sánchez indicó que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) ha fortalecido su capacidad de fiscalización, mejorando la capacitación de sus inspectores y estableciendo planes estratégicos de supervisión. Refirió que, en colaboración con el SAT, el IMSS y el Infonavit, se realiza una fiscalización más rigurosa, advirtiendo que las empresas deben cumplir con las disposiciones laborales para evitar sanciones, lo que incluye áreas clave como la seguridad laboral, las condiciones de trabajo y la igualdad de género.
El ponente describió que uno de los enfoques principales de la STPS es asegurar que las empresas cumplan con sus obligaciones legales, como el pago de aguinaldo, la prevención de accidentes y la no discriminación. En cuanto a la subcontratación y los servicios especializados, dijo que la STPS ha intensificado su vigilancia, cancelando miles de registros en el REPSE y supervisando de cerca las prácticas empresariales. El expositor instó a las empresas a auditar a sus proveedores para evitar irregularidades.
Por último, Guerra Reyes destacó la importancia de la normativa laboral para equilibrar la salud física y emocional de los trabajadores, subrayando la responsabilidad solidaria de las empresas en el cumplimiento de sus obligaciones fiscales y laborales. Hizo hincapié en las sanciones por incumplir la Ley de Subcontratación (REPSE) y el impacto fiscal de no poder acreditar el IVA o deducir gastos cuando los proveedores no cumplen con sus obligaciones. Además, recomendó a las empresas vigilar el cumplimiento de sus proveedores, asegurando que los trabajadores estén debidamente registrados y reciban las prestaciones correspondientes.
Durante su presentación, se abordaron temas como la NOM-035 sobre riesgos psicosociales, que exige políticas de prevención del estrés, acoso y violencia en el trabajo, y la NOM-037 sobre teletrabajo, que obliga a las empresas a proporcionar herramientas adecuadas para el trabajo remoto y garantizar condiciones de seguridad en el hogar. Finalmente, el ponente advirtió que los accidentes laborales en casa podrían ser considerados riesgos de trabajo con implicaciones para la empresa.
Eventos recientes
El 28 de abril se presentó en el colegio el curso Criterios no vinculativos para efectos del informe fiscal, SIPRED. En el evento, bajo la coordinación de Teresa Cruz Rodríguez, representante de la comisión técnica de Auditoría Fiscal, se presentaron las consideraciones para tener en cuenta sobre los criterios no vinculativos contenidos en distintos cuerpos normativos.Para cubrir el tema, se contó con la valiosa participación de Manuel Corral Moreno y Álvaro Enrique Cordón Álvarez, integrantes de comisión mencionada previamente.Antes de comenzar, los contadores señalaron la importancia de los criterios no vinculativos ya que, aunque no tienen fuerza legal obligatoria, su relevancia permite alinear los tres elementos o perspectivas que convergen durante el informe fiscal: la autoridad fiscal, el contribuyente y el auditor; de esta forma, estos criterios permiten dar cuenta de la forma en que el sujeto pasivo (la autoridad) interpreta una normativa para orientar al sujeto activo (el contribuyente).Además, se comentó que, pese a que el contribuyente no tiene la obligación de considerar estos criterios vinculantes, “el auditor tiene la obligación de revelar las discrepancias entre los criterios de la autoridad fiscal y el contribuyente”, ya que en caso de no hacerlo puede ser copartícipe de un encubrimiento de discrepancias fiscales.Una vez establecido ese precedente, los ponentes detallaron los criterios no vinculativos relacionados con distintos cuerpos normativos, comenzando con el Código Fiscal de la Federación (CFF), la Ley de Impuesto Sobre la Renta (LISR), la Ley de Impuesto al Valor Agregado (LIVA), la LIEPS (Ley de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) y la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos (LISH). Para cada apartado, los expositores comentaron los criterios no vinculativos aplicables a cada conjunto de leyes y ejemplos prácticos que permitieron profundizar en ellos, desde aquellos relacionados con la expedición, timbrado y entrega de CFDI; la base gravable del IEPS en la prestación de servicios de juegos con apuestas y sorteos; la deducción de pagos a sindicatos; los gastos a favor de terceros; entre otros.
En la conferencia universitaria de abril, el tema principal fue los Instrumentos auxiliares de fiscalización del SAT, un evento que contó con la destacada participación de la Escuela Superior de Comercio y Administración (ESCA) Tepepan. David Osorio Cetina, docente de referida institución educativa, tuvo la responsabilidad de explicar en detalle los mecanismos y herramientas que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) emplea para respaldar y complementar sus facultades de comprobación. Su ponencia se centró en cómo estos instrumentos ayudan a identificar posibles incumplimientos fiscales por parte de los contribuyentes. El curso, que se ofreció de manera gratuita en un formato híbrido el 24 de abril, fue inaugurado por el vicepresidente de Vinculación Universitaria, Héctor Vázquez González, junto con el profesor de la ESCA Tepepan, Hugo Rodríguez Barbosa. Durante su presentación, Osorio Cetina hizo hincapié en la importante diferencia entre estos instrumentos auxiliares y las facultades de comprobación directas del SAT, como las visitas domiciliarias, revisiones de gabinete y revisiones electrónicas. Subrayó que los instrumentos auxiliares no son actos de fiscalización en sí, sino que ofrecen información y elementos valiosos para que el SAT pueda ejercer sus facultades de manera más eficiente y selectiva. En este contexto, la recomendación más importante es prestar atención a los comunicados emitidos por la autoridad fiscal. Este tema está estrechamente relacionado con el control interno de las empresas, por lo que es esencial mantener un diálogo con las áreas de contabilidad y, si es necesario, con asesores fiscales. Al recibir un comunicado del SAT, es crucial verificar la información que la autoridad presenta. Por ejemplo, si el SAT notifica la omisión de la declaración anual, se debe corroborar de manera interna el estado de dicha obligación. Una de las grandes ventajas en el ámbito de las vigilancias profundas es que el cumplimiento que se realiza después de recibir un comunicado se considera aún como algo espontáneo. Según el artículo 72.° del Código Fiscal de la Federación (CFF), “si se presentan las declaraciones de manera espontánea, se está exento de sanciones por parte de la autoridad”, destacó el también abogado en Derecho. “Así que, aunque llegue una notificación, si se presenta la declaración después, sigue siendo considerada espontánea. Esto es muy diferente a un requerimiento formal por no cumplir con las obligaciones, donde la espontaneidad ya no cuenta”. La oportunidad de corregir la situación fiscal sin tener que enfrentar multas u otras sanciones es un gran beneficio para el contribuyente. Por último, David Osorio destacó la importancia de visitar la página oficial del SAT y la plataforma de gobierno abierto, donde se publican cifras de recaudación que muestran lo valiosos que son estos instrumentos auxiliares y la vigilancia constante en la labor recaudatoria del SAT. "La eficiencia que han demostrado estas herramientas ha asegurado su uso continuo, marcando un avance firme en la estrategia de fiscalización, ya que permiten una recaudación significativa sin necesidad de ejercer facultades de comprobación directas", concluyó.
En el entorno empresarial que al pasar de los años se ha vuelto más dinámico, complejo y digitalizado, la función de auditoría interna está llamada a evolucionar. Así lo expuso Edgar Cruz Cruz, miembro de la comisión SE Auditoría Interna, el pasado 11 de abril durante su presentación en el curso Auditoría Interna Ágil, en la cual compartió un enfoque innovador basado en metodologías ágiles como scrum, lean y kanban, aplicadas con éxito en diversos sectores más allá del desarrollo de software.En el evento, coordinado por Armando Patiño Torres, de comisión mencionada, Cruz Cruz destacó que estas metodologías, lejos de sustituir los métodos tradicionales, los complementan y potencian, permitiendo dividir auditorías extensas en entregables más pequeños y manejables, optimizando tiempos y enfocándose en lo verdaderamente crítico. “Se trata de entregar valor desde etapas tempranas, mantener ciclos de mejora continua y alinear la auditoría con los objetivos estratégicos del negocio”, puntualizó.En su presentación profundizó en la aplicación de scrum dentro de la auditoría interna. Cruz explicó cómo estructurar el trabajo en sprints (ciclos de máximo cuatro semanas), donde se planifican tareas específicas, se realizan reuniones diarias de seguimiento y se entrega un producto final por cada ciclo: desde hallazgos hasta informes completos. En ese sentido, definió los roles del proceso: el product owner, el scrum master y el equipo de auditores, quienes trabajan de manera colaborativa, autónoma y adaptativa.Uno de los ejemplos más ilustrativos fue el caso ficticio de la empresa “El Conejo Feliz”, donde la auditoría al proceso “orden al pago” fue segmentada en sprints semanales, lo que permitió realizar entregas constantes y mantener una alta alineación con las áreas auditadas. Con ello, se demostró que incluso en equipos pequeños, estas metodologías pueden mejorar la trazabilidad, la velocidad de respuesta y la capacidad de adaptación ante cambios o nuevos hallazgos.Durante su intervención, Cruz hizo hincapié en que la adopción de metodologías ágiles requiere una cultura organizacional madura, liderazgo comprometido y equipos capacitados. Identificó como principal obstáculo la resistencia al cambio, y resaltó la importancia de comunicar claramente los beneficios de este enfoque dentro de la organización.También abordó la relevancia de contar con manuales de auditoría actualizados y vivos, ajustados a normas internacionales, pero con flexibilidad para incorporar enfoques ágiles. En ese sentido, se invitó a los asistentes a reflexionar sobre la pertinencia de sus propios marcos de trabajo y la necesidad de incorporar valores y principios ágiles como la colaboración, la adaptación al cambio y la entrega continua de valor.Además de los aspectos técnicos, la charla abordó temas estratégicos. Edgar Cruz subrayó la necesidad de que la auditoría interna esté alineada con la gestión de riesgos empresariales (ERM) y participe activamente en el cumplimiento y desarrollo del negocio. Enfatizó que la oportunidad en la entrega de informes es esencial, pues auditorías que se entregan meses después pueden perder relevancia. “La auditoría debe prevenir, no solo registrar errores del pasado”, afirmó.Finalmente, se compartieron ejemplos de organizaciones que ya están aplicando con éxito estas metodologías en sectores como salud, finanzas, manufactura y tecnología, demostrando que el enfoque ágil es viable en organizaciones de cualquier tamaño, siempre que se adapte a sus necesidades específicas.