Los 29 principios de gobierno corporativo están enfocados en las organizaciones del sector financiero e incluyen aspectos claves del sistema de gobierno corporativo y del consejo de administración, así como las funciones de administración integral de riesgos, control interno, auditoría interna y de cumplimiento. Si estos principios los llevamos a organizaciones que no pertenecen al sector financiero, podemos entender que son mejores prácticas y que su adopción ayuda a mantener un equilibrio entre los accionistas, los órganos de gobierno y el personal de la organización.
Los 29 principios aplican tanto para grandes empresas como para medianas y pequeñas organizaciones; sin embargo, debe prevaler el principio de proporcionalidad en su adopción.
También se hace referencia al modelo de las tres líneas del Instituto de Auditores Internos (IIA son sus siglas en inglés), ya que existe una convergencia de manera natural en los temas de gobierno, riesgo y control con relación a los 29 principios.
En este sentido, es conveniente que el auditor interno conozca estos 29 principios y su interrelación con el modelo de las tres líneas, ya que le permitirá formarse un criterio sobre los conceptos que se manejan en los temas de gobierno, riesgo, control y cumplimiento, y con independencia del sector en el cual se desempeñe, formarse un juicio para hacer recomendaciones sobre el sistema de gobierno que tengan implementado su organización.
Los 29 principios se encuentran clasificados en dos grandes categorías:
El enfoque de este principio consiste en vigilar que las instituciones cumplan con las leyes, regulaciones y normas a las que están sujetas. La autoridad está facultada para acceder al consejo de administración, a la dirección, al personal y a los registros de la institución.
Asimismo, puede imponer sanciones a las instituciones y, en su caso, revocar licencias de funcionamiento.
Este principio hace referencia a que el supervisor cuenta con el personal, las herramientas y el marco de gobierno para realizar sus labores de supervisión de manera independiente, objetiva y sin conflictos de intereses.
En este principio se indica que la información de las instituciones que obran en poder del supervisor, en caso de ser necesario, se intercambia como un proceso de cooperación con autoridades que así lo requieran, siempre y cuando se guarde la debida confidencialidad y que ésta se use únicamente para fines de supervisión de las operaciones de la institución; además, en algunos casos, se deberá solicitar permiso a la institución que sea dueña de la información, a fin de que se pueda hacer uso de ésta o compartirla con otras autoridades.
Este principio hace referencia a que en las leyes esté claramente definido el término "banco", así como las actividades que éstos pueden desarrollar y que están sujetas a supervisión por parte de la autoridad.
Este principio, sin duda, es uno de los más relevantes, pues hace mención a la estructura jurídica, gerencial, operativa y propuesta de la institución a constituirse. También se verifica la idoneidad de los principales accionistas de la institución, así como el origen del capital inicial y la capacidad financiera de éstos; adicionalmente, la experiencia e integridad de los consejeros. Se necesita contar con un plan estratégico y operativo, el diseño de un buen sistema de gobierno corporativo, el sistema de gestión de riesgo y de controles internos, así como la prevención de lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo.
Este principio se refiere a lo que es una participación significativa y una participación de control por los accionistas. Cualquier cambio es requisito indispensable que se notifique al supervisor, incluyendo algún dato significativo que pueda afectar negativamente la idoneidad de un accionista.
Este principio describe los criterios que deben utilizar los bancos cuando van a realizar una adquisición o inversiones, para lo cual se requiere la autorización del supervisor.
Este principio se refiere a la metodología para determinar y evaluar -en forma continua- la naturaleza, el impacto y el alcance de los riesgos. Esta metodología contempla el enfoque de negocio, el perfil de riesgos, el entorno de control interno y la reestructuración de la entidad; además, permite la comparación entre diferentes instituciones. En este sentido, el supervisor valida que los bancos y grupos bancarios cumplan con las normas prudenciales y requisitos legales.
Este principio hace referencia a las revisiones que hace el supervisor en materia de modelo de negocio, información financiera, solvencia, aspectos operativos, gobierno corporativo, gestión del riesgo y control interno. Adicionalmente, el supervisor revisa el trabajo del auditor interno y determina en qué medida puede utilizarla para identificar riesgos potenciales.
En este proceso de supervisión, la autoridad mantiene contacto con el consejo de administración, con la alta dirección, con la gerencia y los responsables de las diferentes unidades de negocio para validar los temas de la estrategia, la estructura del grupo, el sistema de gobierno corporativo, los resultados del banco, la suficiencia de capital la liquidez, la calidad de los activos, así como los sistemas de gestión de riesgos y de control interno.
Este principio refiere que las instituciones, cuando lo solicite la autoridad, deben presentar informes -de manera regular o en forma específica- sobre su situación financiera, además de resultados y riesgos. La autoridad utiliza políticas y procedimientos para verificar la validez e integridad de la información presentada por la institución o se puede asistir de expertos externos.
En este principio se menciona que los problemas detectados por el supervisor son informados a la dirección y, en su caso, al consejo de administración. La autoridad solicita que se le informen de manera periódica los avances que vaya teniendo la institución en la solución de los problemas observados por la autoridad. Estos aspectos pueden incluir el cierre, la reestructuración o la fusión con otra institución que tenga la solvencia.
Este principio hace mención de aquel supervisor que entiende las actividades realizadas por el grupo bancario tanto en su país como en el extranjero. Éste promulga normas y analiza la información financiera, así como áreas como la suficiencia de capital, la liquidez, la exposición a grandes riesgos las partes vinculadas, los límites al crédito y la estructura del grupo. La autoridad supervisa cada banco por separado y comprende su relación con las otras instituciones del grupo.
Este principio hace mención de la forma en la que se coordinan los diferentes supervisores tanto del país de origen como el de acogida y cómo la institución gestiona los riesgos significativos, así como la solvencia de la entidad.
Los siguientes principios hacen hincapié en la importancia del buen gobierno corporativo y la gestión de riesgos, así como del cumplimiento de las normas de supervisión que se comentan a continuación:
Este principio trata las reglas que deben seguir el consejo y la alta dirección de conformidad con las normas dictadas por la autoridad en materia de gobierno corporativo; lo anterior, a fin de garantizar el control eficaz de todas las actividades de la institución. El supervisor evalúa periódicamente las prácticas y políticas de gobierno corporativa de la institución.
Uno de los aspectos relevantes de este principio es que el consejo es responsable de aprobar y vigilar la aplicación de la dirección estratégica, el nivel de apetito, la estrategia y las políticas por el riesgo de la institución; asimismo, establece y comunica la cultura y los valores corporativos, y determina políticas en materia de conflictos de intereses y un sólido entorno de control.
Este principio señala que las instituciones deben tener implementado un sistema integral de riesgos y aquellas que sean más grandes deberán contar con la unidad especializada en gestión del riesgo, la cual debe ser liderada por un director de gestión de riesgo o una función equivalente. Adicionalmente, el supervisor emite las normas sobre riesgo de crédito, de mercado, de liquidez, de tasa de interés en la cartera de inversión y para el riesgo operacional, las cuales deben ser implementadas por la institución.
Este principio se refiere a los cálculos de capital que deben realizar las instituciones, los cuales están sujetos a la supervisión de la autoridad y en ellos se considera la definición del capitán, la cobertura del riesgo, el método de cálculo y los umbrales de los requerimientos prescritos. Las instituciones deben apegarse a los lineamientos que dicte la autoridad para el cálculo del capital. Cuando las instituciones utilizan estimaciones de riesgos internas para calcular el capital, éstas deben ser autorizadas y aprobadas por la autoridad.
Este principio determina cómo las instituciones bancarias deben gestionar el riesgo de crédito, cumpliendo con sus políticas, procesos, límites, tolerancia, así como su perfil de riesgos, todo alineados a las normas que emite la autoridad. Es sumamente importante que las instituciones cuenten con sistemas de información eficaces para informar al consejo y a la alta dirección de las exposiciones al riesgo de crédito de forma sistemática.
Este principio responde a que las instituciones bancarias deben contar con políticas o procesos adecuados que permitan identificar activos problemáticos, la supervisión continua de activos dudosos y el cobro de los créditos vencidos. Se deberá contar con un sistema de información permanente que notifique sobre estos temas al consejo, la alta dirección y a las autoridades cuando sea requerido.
Este principio señala que las instituciones deben implementar políticas y procesos para los riesgos de concentración y de grandes riesgos, además de la forma en la que deben ser administrados e informados. Esto debe estar apegado a la normativa que emita la autoridad.
Este principio menciona que las instituciones deben tener políticas y procesos para identificar las transacciones que se realizan con partes vinculadas e informarlas a la alta dirección y al consejo, cuidando las reglas que emite la autoridad en esta materia.
Este principio hace mención de que, adicional a las políticas y procesos, se debe contar con sistemas de información, gestión de riesgo y control interno para agregar, vigilar y notificar correcta y oportunamente estas posiciones, así como garantizar el cumplimiento de los límites establecido por cada país.
Este principio hace énfasis en que las políticas, los procesos y la estrategia para el riesgo de mercado deben ser aprobados y supervisados por el consejo de tal forma que se garantice que se cumplan las políticas y el correcto control del riesgo de mercado.
Este principio se refiere a que la institución cuente con una adecuada estrategia en materia de riesgo de tasa de interés, políticas y procesos que deben ser aprobados y supervisados por el consejo de tal forma que se garantice que se cumplan las políticas y el correcto control del riesgo de tasa de interés.
En este principio se hace referencia a que la institución cuente con una adecuada estrategia en materia de riesgo de liquidez, políticas y procesos, los cuales deben ser aprobados y supervisados por el consejo, a fin de que se garantice que se cumplan las políticas y el correcto control del riesgo de liquidez.
Este principio se refiere a que la institución cuente con una adecuada estrategia en materia de riesgo operacional, políticas y procesos que deben ser aprobados y supervisados por el consejo para que se garantice el cumplimiento de las políticas y el correcto control del riesgo operacional.
Dentro del riesgo operacional se incluyen los planes de recuperación ante desastres y de continuidad del negocio en escenarios de graves alteraciones de la actividad que puedan afectar a la entidad. También se consideran el riesgo tecnológico y el riesgo legal. Se debe contar con una base de datos para recopilar y analizar el comportamiento del riesgo operacional.
Asimismo, se debe informar al consejo, a la alta dirección y a las líneas de negocio de la entidad sobre la gestión proactiva del riesgo operacional.
Este principio menciona tres grandes componentes:
Este principio menciona que el consejo y la dirección son responsables de que los estados financieros se elaboren conforme a las prácticas y las políticas contables aceptadas a nivel internacional y de que éstas se basen en sistemas de registro de la información financiera que generan datos adecuados y fiables. La autoridad hace responsable al consejo y a la dirección del banco de que los estados financieros anuales sean verificados por expertos externos independientes conforme a las prácticas y las normas internacionales aceptadas.
Este principio se refiere a que la autoridad supervisora exige a la institución la divulgación de la información consolidada en forma periódica o en forma individual, como es la información financiera, así como la cualitativa y cuantitativa de sus resultados, estrategias y prácticas de gestión del riesgo, además del buen gobierno.
En este principio se menciona que los bancos deben contar con suficientes controles y sistemas para prevenir, identificar y denunciar la utilización abusiva de servicios financieros, incluidos el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. La autoridad es responsable de actuar con las instituciones que no cumplan con estos elementos. Es responsabilidad de las instituciones informar a las autoridades competentes de las operaciones sospechosas.
Una vez comentados los 29 pilares del gobierno corporativo, y partiendo del modelo de las tres líneas, podemos comentar que este modelo puede ser adoptado por las instituciones bancarias, ya que permite una clara segmentación en los temas de los órganos de gobierno, las áreas que operan (primera línea), las áreas de control y cumplimiento (segunda línea), y la función de auditoría interna en forma independiente y objetiva (tercera línea).
El modelo de las tres líneas se define de esta manera:
El modelo ayuda a las organizaciones a identificar estructuras y procesos que mejor contribuyan a alcanzar los objetivos y faciliten un gobierno sólido y una gestión de riesgos. El modelo se aplica a todas las organizaciones y se optimiza mediante:El modelo describe en forma holística todos los elementos de un buen gobierno que debe adoptar cualquier organización y éstos encajan con los 29 principios.
Los principios, a manera de resumen del modelo de las tres líneas, son:
Principio 1: Gobierno. Se proveen de todos los elementos y recursos para que exista la rendición de cuentas, se cumplan los objetivos de la empresa y se dé la independencia de la función de auditoría interna.
Principio 2: Roles del órgano de gobierno con claras definiciones que permite la rendición de cuentas en toda la organización.
Principio 3: Dirección y roles de primera y segunda línea. Clara división y segregación de funciones que minimiza el conflicto de intereses. La dirección es responsable de coordinar la primera y segunda línea.
Principio 4: Roles de tercera línea. Función de auditoría interna, independiente y objetiva que revisa el gobierno y la gestión de riesgos.
Principio 5: Independencia de tercera línea. Función de auditoría interna independiente de la administración que garantiza su objetividad, autoridad y credibilidad.
Principio 6: Creación y protección del valor. Es un modelo holístico en el que el gobierno y las tres líneas contribuyen en la generación de valor.
A continuación, se presenta la gráfica del modelo de las tres líneas:
Los 29 principios, en su conjunto, representan los aspectos que por una parte deben cuidar las organizaciones del sector financiero para cumplir con las leyes y regulaciones de las autoridades que las supervisan y, por otra parte, la adopción de los temas de gobierno, riesgo, control, cumplimiento y auditoría interna que deben tener implementadas como elementos que coadyuvan al logro de la estrategia del negocio, la rendición de cuentas a las partes interesadas y con las propias autoridades. Se hace mucho énfasis en contar con un sistema efectivo de gestión de riesgos y de control interno que ayude al consejo y alta dirección en la vigilancia de la marcha del negocio y la adecuada toma de decisiones.
Incorporando el modelo de las tres líneas se genera una sinergia natural, ya que con sus seis principios, de manera holística, se permite cubrir el tema de gobierno, riesgo, control cumplimiento y auditoría interna y el logro de los objetivos de la estrategia, además, por consiguiente, de la rendición de cuentas para los accionistas y los terceros interesados y la interacción entre los roles de la primera y segunda líneas, que en su conjunto mantienen una segregación natural de funciones que permite que la tercera línea -en forma independiente y objetiva- evalúe el funcionamiento del sistema de gestión de riesgos, control interno y el funcionamiento del gobierno corporativo.